Para mantener limpios y en buen estado los manteles de hule, hay que limpiarlos con un paño húmedo después de cada comida y dejar que seque al aire.
De vez en cuando está bien que lo "hidrates" con un paño empapado en leche. Así evitarás que se agriete. Y si en algún momento lo has descuidado y está muy sucio, sólo tienes que batir una clara de huevo a punto de nieve y extenderlo por el mantel. Déjalo secar y elimínalo con un paño húmedo.
El mío está ya muy viejito y no merecerá la pena, pero en cuanto compre el nuevo lo tendré en cuenta para que me dure más
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